La comunicación nace y se justifica solo en un mundo cambiante. Lo estático no se comunica. La velocidad del mundo moderno ha hecho que la actividad de comunicar se vuelva cada vez más necesaria.
Definir con claridad las audiencias, significa saber a quién le vamos a hablar y a quien no. Por eso debemos saber cómo nos percibe esa audiencia, qué mensajes ha recibido o no para pensar lo que piensa. Las audiencias típicas de una empresa pueden ser: usuarios y consumidores actuales y potenciales, accionistas, sector, autoridades, influenciadores, vecinos, líderes de opinión, etc.
Los mensajes son ideas claras que queremos transmitir y que en nuestra experiencia no deben ser más de dos o tres por campaña, o temporada y deben definirse una vez que se conozcan a fondo las audiencias. El mensaje se redacta de modo claro y sencillo. Se deben acompañar de puntos de soporte es decir de explicaciones que de dan certeza y credibilidad.
El vocero es tradicionalmente quien transmite el mensaje, pero en la realidad es mucho más que eso, es el mensaje mismo o al menos una parte muy importante. El vocero con su personalidad está comunicando más con su postura, tono, entrono, vestimenta, que con sus palabras.
Los medios van desde eventos, conferencias, seminarios hasta el uso estratégico de las redes sociales. No podemos perder de vista, siguen vigentes después de muchos años, que los medios tradicionales, es decir los periódicos son fundamentales en los procesos.
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